El yo es aquello que es
contemplado y constituido por la mirada del otro. (Pirandello)
Somos en función de quienes nos
ven. (Miguel
Ángel Apezteguía)
El lenguaje artístico se ha convertido en una forma de
explorar la autoidentidad. La imagen, y en concreto el retrato del cuerpo
humano, se establece como una forma de exploración de la identidad humana.
El retrato es una acción que evidencia como la construcción de la identidad es algo mucho más cultural que natural, y la importancia de la
mirada de los otros en ese proceso; miradas condicionadas por el filtro de sus
respectivas culturas.
A través de la
experiencia y el conocimiento, el hombre construye su identidad. Sólo el ser
humano puede ser consciente de partes de dicho programa, revisándolas
críticamente. (Miguel
Ángel Apezteguia)
La identidad
se evidencia en nuestros cuerpos, cuerpos donde se escribe nuestra historia y
la interrelación con los otros. Una identidad en continua construcción,
moldeable e hibridable, que en nuestra etapa contemporánea ha dado paso a un
proceso inacabable de identificación.